El optimismo sin causa vale tan poco como la alarma sin sentido

Hace un par de día, apareció en mi buscador Google, esta frase, tardé un par de minutos en analizarla, buscando un razonamiento lógico y con sentido de dicha frase. Hasta que por fin descubrí la fuerza que se ocultaba en ella y que han desembocado en publicar mi primer post en Optimism 200%. Un blog que pretende ni más ni menos, que ofrecer al lector las “herramientas” para convertirse en un gran “optimism”.

Desde la entrada en la crisis financiera el optimismo ha sido un tema que innumerables personan han intentado buscar y otras tantas han eliminado de su vocabulario particular. “La situación no es para estar optimistas”, “Es fácil ser optimista cuando se tiene trabajo, cuando no se tienen problemas, cuando no tienes MIS problemas”, ¿cuántas veces has pronunciado o escuchado estas frases? Pero la verdad es que tienen razón, ni el optimismo se manifiesta de forma igual en todos, ni la misma situación que te pudiese producir optimismo, puede ejercer el mismo efecto en otro, es decir, cada optimista lo es por una razón, por una causa, por un sentido.

Es por ello que, uno de los errores más habituales que cometemos, es buscar soluciones que nos ayuden a estar mejor, a partir de “herramientas” que han servido satisfactoriamente a otros. Posiblemente puedan ejercer un efecto parecido pero nunca será tan duradero como el principal optimista satisfecho, puesto que cada persona necesita una razón por la cual sentirse satisfecho de que le llamen “optimista”.

Se tiende a confundir el estado de optimismo como el estado o ánimo consecuente, después de alcanzar el último eslabón de una situación satisfactoria; felicidad, éxito, tranquilidad… es decir “Los ricos son optimistas porque tienen dinero, los atractivos son optimistas porque ligan más”… pero seguro que hay ricos y atractivos los cuales no son para nada un ejemplo de optimismo. ¿Se da cuenta? Si al leer estas dos afirmaciones lo ha considerado usted una verdad universal, ya hemos conseguido alfo maravilloso, identificar SU META  y para ser usted “optimism” ha de ser rico o/y atractivo. O por el contrario no son para nada consecuencias que crea que generen un estado de optimismo permanente en usted, por lo tanto debe plantearse primero que todo cual cree usted que será SU META. Hágase un regalo y piense que es aquello que le haría optimista durante mucho tiempo, puesto que el optimismo no es algo que venga y se vaya como la felicidad o el amor, sino algo mucho más duradero “los niños son optimistas porque no tienen responsabilidades, un enamorado es optimista porque tiene amor”. Sí, tiene razón los niños y los enamorados no en esencia optimistas, son felices, pero acaso un optimista no se denota por ser o sentirse feliz constantemente, dese cuenta que siempre buscamos la razón cuando nos topamos con un optimista de porque lo es y no paramos de buscar hasta que llegamos o le asociamos este calificativo a un estado de ánimo (felicidad, amor…) o a una causa (dinero, atractivo…), porque no se mira al espejo y empieza a buscar la razón por la cual usted NO es OPTIMISTA.

Identificar a un OPTIMISTAS o un NO OPTIMISTA, es muy sencillo ahora solo falta saber cual es el camino y las “herramientas” que ha de usar para pasar del NO al SÍ.

En resumen, identificar porque no eres OPTIMISTA, identificar qué METAS queremos lograr y por último trazar un plan, camino o cosas que debemos hacer para llegar al destino.

Se me olvidaba, ha llegado el momento de ser autocrático y realista con usted mismo, asuma sus defectos y posibilidades y la posibilidad real que tiene de cambiarlo, las posibilidades reales de conseguir las metas que se propone y lo honesto que es con usted mismo de no esconderse ninguna razón que no le permita alcanzar el estado de ánimo duradero que desea: ser “Optimism”